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viernes, 11 de julio de 2008

Error

Él llora bajo la luz de la lámpara,
ruega a Dios para que ella
se encuentre bien.
Quiere ser felíz,
sueña con ángeles que lo acompañan
desde el ayer.

Rompe en llanto
cuando siente impotencia.
Implora a los Santos
para que ella vuelva.

Él está consumido por inútiles recuerdos
que lo hacen fuerte,
pero débil a la vez.

Sueña con un universo
de amor y castigo
que lo persigue cuando quiere ver él.

Vive atada a su cruel pasado
que le pide cuentas
y muchas respuestas
que su mismo pasado
podría responderle.

Ahora mira su reloj
cansado de vivir, cansado de soñar,
cansado de reír.

¡Pobre su alma!,
se alimenta de recuerdos
y sumente de reproches y olvidos!

Él busca un destino mejor,
sabe como encontrarlo,
pero teme a su pasado y a su presente.

Él busca ser el mejor.
Un dios onmipotente.


Azucena Roldán, 5º L 2.

Esperanza hasta el Fin

Desde los túneles del recuerdo
escapa el hombre,
cubierto de esperanza,
cansado de sus pesares.

Espera, parado, como queriendo recordar,
reencontrarse con una persona,
o callar en soledad.
Él mira con sus ojos distraídos
todavía no sabe quién lo vé.

Una persona lo conoce
y él no sabe quién es.
Alguien lo espera desde hace muchos años,
desesperadamente, con ansias de amar.
Lo sueña como un ladrón
que ha dejado tristes sus ojos
que no paran de llorar.

En el presente, estos ojos se quedan,
no queriendo despertar,
cree que lo ha vuelto a ver,
ella prefiere soñar.

Sabe que no lo ha visto,
y que nunca se podrán volverse a encontrar.
Quizás solamente en esos únicos sueños ocultos
que al despertar no se recordarán,
sueños únicos que la mantienen viva
esperando a quien no volverá.

Esperando sin esperanza,
esperando sin conocer lo que es amor.


Azucena Roldán, 5º L 2.

Vida

En mi experiencia
a lo largo de una vida
con toda clase de personas y pertenencias,
de las experiencias soy inexperta.

Los ojos expresan,
pero no expresan lo que uno quisiera.
Los gestos deberían ser sinceros,
pero rara vez son verdaderos.

Si la vida hay que vivirla,
todavía no puedo morir.
Y si muero, muero sabiendo
que no supe vivir.

Cuando sueño, vivo soñando
las cosas que no cumplí;
Recordando a las personas que
me ayudaron a ser como siempre fui.

Si la vida es un espejismo,
no logro aún reflejarme.
No logro ver por qué uno no puedo olvidar,
aunque no pueda acercarse.

Voy a reflejarme,
voy a intentar ver por aquí
lloro al olvidar o al recordar
intentando y esperando
a que la vida llegue de una vez,
Como si alguna vez realmente
fuera a suceder.


Azucena Roldán, 5º L 2.

lunes, 7 de julio de 2008

Entre el mito y la ciencia...

He aquí el relato de cómo todo estaba en suspenso, todo tranquilo, todo inmóvil, todo apacible, todo silencioso, todo vacío, en el cielo, en la Tierra. He aquí la primera historia, la primera descripción. No había un solo hombre, un solo animal, pájaro, pez, cangrejo, madera, piedra, caverna, barranca, hierba, selva. Sólo el cielo existía. La faz de la Tierra no aparecía; sólo el cielo existían la más ilimitada, todo el espacio del cielo. No había nada reunido junto. Todo era invisible, todo estaba inmóvil en el cielo. No existía nada edificado. Solamente el agua ilimitada, solamente mar tranquila, sola, ilimitada. Nada existía. Solamente la inmovilidad, el silencio en las tinieblas, en la noche.
Pero en las tinieblas existía un dios, planeando dar luz a un universo tan triste y agobiante.
Para lograr crear en el principio el cielo, la tierra, las aguas, la luz, las tinieblas, entre otras cosas, en una semana, provocó una gran explosión de materia llamada Big Bang, hace veinte mil millones de años.
Primero dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Macho y hembra los creó. Dios los bendijo diciéndoles: «Multiplíquense. Llenen la Tierra y sométanla».

AZUCENA ROLDÁN, 5º L 2.