Hablaban mucho de ella, era también fina, rubia, demasiado lenta en sus gestos y usaba vestidos claros con faldas de vuelo libre. Sus vestidos apoyaban el odio a la gente. La odiaban porque no era chusma como los demás. Todos los animales se mostraban siempre sometidos a Delia, no se sabía si era cariño o dominación, jugaba con arañas cuando era chiquita y las más malas venían a su pelo.
Brenda Walpert, 3º 2ª, T. N.
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