Él llora bajo la luz de la lámpara,
ruega a Dios para que ella
se encuentre bien.
Quiere ser felíz,
sueña con ángeles que lo acompañan
desde el ayer.
Rompe en llanto
cuando siente impotencia.
Implora a los Santos
para que ella vuelva.
Él está consumido por inútiles recuerdos
que lo hacen fuerte,
pero débil a la vez.
Sueña con un universo
de amor y castigo
que lo persigue cuando quiere ver él.
Vive atada a su cruel pasado
que le pide cuentas
y muchas respuestas
que su mismo pasado
podría responderle.
Ahora mira su reloj
cansado de vivir, cansado de soñar,
cansado de reír.
¡Pobre su alma!,
se alimenta de recuerdos
y sumente de reproches y olvidos!
Él busca un destino mejor,
sabe como encontrarlo,
pero teme a su pasado y a su presente.
Él busca ser el mejor.
Un dios onmipotente.
Azucena Roldán, 5º L 2.
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