En el norte de África, había un chico que vivía con su padre. El chico era gracioso. Le hacía bromas a la gente . En pocas palabras, era un rebelde. No hacía caso a nadie.
En un día oscuro apareció un señor llamado Nelca, y el chico le hizo una broma. El Señor Nelca le dijo que sería maldecido por haberle hecho esa broma; a lo que chico le respondió que esa maldición, era una broma para asustarlo. Nelca le dijo que uno de su familia más cercana, sufriría una enfermedad. Con el tiempo, su padre se empieza a enfermar y el chico lo lleva al doctor del pueblo . Éste mismo doctor le dice que no lo atendería por haberle hecho una broma pesada a él mismo. Luego, el chico lo lleva a la casa, le dice a su padre que todo estaba bien.
Al día siguiente, ve que su padre había muerto, y después de una semana de haberlo enterrado, va por el doctor y se encuentra con Nelca. En su angustia, le expresa, el chico: "¿Por qué a mi padre?" y el Señor Nelca le responde, que era para que sufra. Ante su propio asombro, le dice el chico: "No haré más bromas, pero te pido algo. Quítame esta maldición porque yo he aprendido la lección". Entonces, el Señor Nelca le respondió: "Está bien, te quitaré la maldición pero no te quiero ver haciendo bromas a la gente" Y el chico le respondió: "Está bien". Y no hizo más bromas.
José Narváez, 1º 3ª.
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