¿Quién nos dijo que le debemos algo al tiempo?

Porque nadie ya camina como buscando separa los colores en el cielo, mirando la danza de las aves o contando adoquines.
Sólo corremos, buscando llegar antes quién sabe adonde. Pero, por qué? ¿Quién nos dijo que le debemos algo al tiempo?
¿Acaso tenemos una deuda con él que hacemos todo lo que está a nuestro alcance (y hasta lo que no) para no derrocharlo?
Nadie nos enseñó a disfrutar un atardecer, sentir el perfume de la lluvia, a apreciar el silencio, el silencio incluso en compañía...
Aprendamos, entonces a saborear los pequeños placeres de la vida, porque son ellos los que amortiguarán los golpes que recibimos cada tanto.
Aprendamos, entonces a vivir de una manera diferente, sin horas, ni minutos, ni segundos.
Aprendamos a vivir cada día como si fuera el último.
Carla Leiva, 5º L 2.