Cuando empecé en este mundo, empecé felíz, gracias a mi Viejo. Tuvimos nuestra primera casa, y a los años la tuvimos que vender porque mi Viejo estaba muy enfermo. Cuando tenía 12 años mi viejo murió y me quedé muy sólo, con mi familia, en otra casa y sin mi Viejo. La desgracia la tengo a mi lado todo el día. Pero la estoy combatiendo. Aunque es muy difícil. Todos los días me pasa algo, ayer llegaba a mi casa y casi me matan, pero estaban mis amigos y me ayudaron porque sino no contaba la historia hoy.
Pablo Sirotsky, 1º 3ª.
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