En la calle Tilkara y Pautacia se encontraba una señora muy viejita con muchas bolsas. Parecía que venía de viaje, caminando muy lentamente con su bastón por Tilkara, se encontró con un hermoso brillante Reloj. Lo levantó y siguió caminando. Al llegar a su casa dejó sus cosas, se puso a preparar la comida. Llegó, al terminar de cambiarse, fue a dormir. Al día siguiente Bebu, la viejita, sacó su reloj brillante y lo abrió parecía muy muy antiguo. Al abrirlo salió un enorme esplendor de luces y absorbía la señora. Bebu sin orientación se encontró en un lugar muy extraño lleno de Plantas y animales ni desconocer todo, empezó a caminar y caminar lentamente con su bastón. En un momento porque se chocó con una caja. La agarró y siguió caminando hasta llegar a un puente enorme. Bebu no sabía qué hacer, pero ella muy confiada lo cruzó al terminar de ese Puente se acordó de su caja dentro de ella, se encontraba un reloj idéntico al que ella había encontrado Tilkara. Y lo abrió, al abrirlo se produjo el mismo esplendor de luz, como el primero. La volvió absorber y esta señora se encontró de vuelta en esa esquina de Tilkara y Pautacia.
Micaela Belén Ortíz, 1° 3°, T. N.
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